¿Alguna vez te has preguntado cómo es posible que cuando escribes el nombre de una página web, como brbpublicidad.com, tu navegador encuentre exactamente lo que buscas? El responsable de esto es el DNS, o Sistema de Nombres de Dominio.
Concepto de DNS
Cada sitio web que está en internet tiene una dirección única, llamada dirección IP, que son números largos y poco prácticos, como 192.168.0.1. Para no tener que escribir eso en el navegador web, existe el DNS: Domain Name System (Sistema de Nombres de Dominio).
El DNS traduce los nombres de las páginas en direcciones IP que los ordenadores necesitan para conectar los puntos. Es como un traductor que convierte tu pedido en algo que las máquinas puedan entender al instante.
¿Por qué es tan útil el DNS?
Gracias al DNS, en lugar de memorizar una lista interminable de números, podemos usar palabras simples y directas. Además, mantiene las cosas ordenadas, pues, si un sitio web cambia de servidor y por lo tanto de dirección IP, el DNS actualiza la información automáticamente para que llegues siempre a la web correcta.
Otro aspecto en el que resulta útil, es que, si quieres entrar a un sitio popular que está recibiendo miles de visitas al mismo tiempo, el DNS puede redirigirte a otro servidor que esté menos saturado, para que no tengas que esperar.
Este sistema también ayuda a mejorar tu velocidad de conexión, puesto que hay servicios como Cloudflare o Google DNS que optimizan el proceso para que las páginas carguen más rápido.
¿Cómo funciona el DNS?
¿Cómo logra el DNS todo esto? El proceso tiene varios pasos:
- Solucionador recursivo: Cuando escribes un nombre en el navegador, tu ordenador envía esta solicitud al solucionador recursivo, que es como un asistente que busca dónde puede encontrar la dirección IP que necesitas.
- Servidor raíz: El solucionador recursivo le pregunta al servidor raíz: “¿Dónde encuentro información sobre los dominios .com?”.
- Servidor TLD: El servidor raíz lo redirige al servidor TLD (de nivel superior), que se especializa en dominios como .com, .org, etc. Este sabe exactamente dónde buscar.
- Servidor autoritativo: Aquí es donde se encuentra la información precisa. Este servidor tiene la dirección IP específica del sitio que pediste, por ejemplo, 172.217.12.142 para Google.
- Respuesta: Una vez que el servidor autoritativo devuelve la IP, tu navegador usa esa información para conectar con el servidor del sitio web y ahí tienes la página a la que querías entrar.
No te preocupes que, aunque suene complicado, todo ocurre en fracciones de segundo. Ni te darás cuenta de que se han realizado los pasos anteriores.
Ejemplos de DNS
- Google Public DNS: Es uno de los servidores DNS más populares por su alta velocidad y seguridad. Ideal para quienes buscan una alternativa confiable al DNS predeterminado de su proveedor de internet. Sus direcciones IP son: 8.8.8.8 (primaria) y 8.8.4.4 (secundaria).
- Cloudflare DNS: Se centra en la privacidad y la velocidad. No registra datos de navegación, por lo que es una buena opción para quienes desean proteger su privacidad en línea. Sus direcciones IP son: 1.1.1.1 (primaria) y 1.0.0.1 (secundaria).
- OpenDNS: Conocido por sus funciones de filtrado de contenido, este DNS de Cisco es muy común entre empresas y familias que desean controlar qué sitios pueden visitarse desde su red. Sus direcciones IP son: 208.67.222.222 (primaria) y 208.67.220.220 (secundaria).
El DNS o Sistema de Nombres de Dominio, hace que todo sea más simple y eficiente, y lo mejor de todo es que tú no tienes que hacer nada para que funcione. La próxima vez que navegues por internet, recuerda que detrás de todo está este sistema ayudándote sin que lo notes.